Hola, amiga N. N.: Me impresionó tu
expresión de días atrás en facebook: “Si quieren matar perros, primero matemos
a los perros pedófilos”, dirigida al obispo de Punta Arenas, Mons. Bernardo
Bastres, como si él hubiera ordenado la matanza de los perros. Los hechos son
otros: con motivo de que un perro vagabundo había atacado a un feligrés a la
salida de una iglesia, el obispo manifestó la necesidad de controlar el aumento
de perros callejeros.
Espero que seas valiente para leerme hasta el final.
¿Quién envenenó los perros? Fue un grupo bien organizado, que actuó
magistralmente para no ser descubierto. ¿No tendrá nada que ver con los
mismos que organizaron el “asalto” a la
catedral? Los perros muertos fueron sólo el pretexto para denigrar a la
jerarquía eclesiástica, y para robar, pues se llevaron el cáliz, la cajita con
la llave del sagrario, otros objetos de valor…, y sobre todo para manifestar el
odio contra la Iglesia.
Pero el blanco de tu expresión no parecen
ser los perros muertos, sino los “perros pedófilos”, (como tú les llamas a los
sacerdotes abusadores, que son menos del uno por mil de los sacerdotes en todo
el mundo).
Los casos de pedofilia en el ambiente de
la familia, parentesco y amistades, es inmensamente superior al de los
sacerdotes culpables de abusos, como se ha constatado en todo el mundo. Sería
una verdadera masacre si se mataran a todos los padres, abuelos, hermanos,
tíos, primos, amigos, vecinos… pedófilos, enormemente más numerosos que los
perros abandonados en las calles y que los sacerdotes pedófilos.
¿Por qué no se habla ni se investiga más a
los parientes pedófilos? En parte, porque los trapos sucios se lavan en casa;
pero a la Iglesia se la obliga a lavarlos en todos los medios públicos habidos
y por haber. Y a menudo con la complicidad de católicos.
La absoluta mayoría de los sacerdotes “no son
abusadores”, sino ejemplos de honradez, de entrega, respeto y protección de la
infancia, y en especial a los niños abusados; pero esa gran mayoría no llama la
atención de los medios ni de la gente común. Difundir el bien no es rentable
para los medios de comunicación.
Además el mayor número de casos de
pedofilia se dan en el infame “turismo pedófilo”, que deja millones de
inocentes abusados cada día en casi todo el mundo. ¿Por qué no se investiga, ni
se habla ni se persigue esa infame cáfila de pedófilos? En parte porque hay
detrás grandes multinacionales que tapan su complicidad con abundante dinero, y
a los medios no les renta nada su divulgación.
Pero hay una masacre de niños en número
mucho mayor todavía (millones y millones por día) que tampoco mencionan los
medios ni la gente, ni los protectores de los animales: millones de inocentes
eliminados peor que si fueran perros –ellos no atacan ni muerden a nadie- y luego
sus cuerpecitos troceados son vendidos a multinacionales de cosméticos. (Busca
en Google: ¿qué hacen con los cuerpos de los niños abortados? ¡Horrible!)
El mismo día que mataron a los perros en Punta Arenas, ¿cuántos niños habrán
sido eliminados por el aborto en Punta Arenas? ¿Y durante el año? ¿Y en toda la
nación? ¿Y en todo el mundo? ¡Millones y millones! Pero quién sale en su
defensa. Sólo la Iglesia se atreve a denunciar y frenar esa masacre cada día
mayor, y no se le hace caso, y más bien se atrae las iras de las y los
abortistas, que se creen con derecho a matar a inocentes totalmente indefensos.
Debes saber que fuera de la Iglesia
católica, no hay en el mundo otra organización que haga tanto en favor de los
niños y niñas abusados (y con SIDA, cáncer, abandonados como perros, enfermos) en
todo el mundo, tanto en la prevención de los abusos, realizados sobre todo a
nivel de parentela, como en la sanación de las secuelas. Y que atiende a
multitud de madres jóvenes y mayores traumatizadas por el aborto. El niño se
puede eliminar del vientre, pero no de la mente.
Los protectores de animales no crean
centros donde cuidar y alimentar a los perros callejeros, como hace la Iglesia
con millones de niños, pobres, y ancianos abandonados en todo el mundo. Piensa
sólo en la obra multitudinaria de los Hogares de Cristo…
Los daños de la pedofilia no son
irreversibles. Yo mismo he ayudado a varias-os, pequeños y mayores, (ninguno de
ellos abusado por sacerdotes, sino por parientes) dándoles a entender que son
totalmente inocentes, y que eso no fue un pecado para ellos, sino mérito de
mártires. Y se han sentido liberados y han experimentado el gozo de perdonar,
sufrir y orar por sus verdugos, como hizo Cristo en la cruz; y como lo hizo
santa María Goretti con su
asesino Alejandro Serenelli. Ella dijo que lo quería junto a
sí en el cielo. Y al final Alejandro se convirtió y asistió a la canonización
de María Goretti al lado de los padres de la mártir. Si los niños
abusados se los trata con amor, se les explica, se les ayuda
desinteresadamente, pueden recuperarse incluso del todo.
El monumento al niño por nacer, sugiere que
la criatura abortada está consolando a su madre, que lo eliminó, y diciéndole
que le perdona, que la quiere junto a sí en el cielo, aunque ella no lo haya
querido en la tierra. ¿Cuántos católicos oran por los abortados y por sus
madres, para que su martirio sirva como bautismo de sangre e intercesión por
sus verdugos?
Maravillas del perdón humano, y más del
perdón de Dios, como dijo Jesús Misericordioso a santa Faustina Skowalska:
“Cuanto más grande sea el pecador, tanto más derecho tiene a mi misericordia”,
si pide perdón y se convierte, s entiende.
La justicia divina es muy diferente de la humana. Dios ama a
cada persona humana más que a todos los perros del mundo juntos, pues el hombre
es imagen y semejanza de Dios e inmortal, capaz de conocerlo, tratarlo, amarlo,
alcanzarlo; y los perros no. Los protectores de los animales invierten los
valores: parecen interesarles más los animales que las personas.
Por
fin, has de saber, amiga mía, que la Iglesia no la constituyen sólo la
jerarquía, ni el clero y ni el pueblo católico, sino que la Persona miembro
esencial de la Iglesia, su Cabeza, es Jesucristo resucitado presente, que va al
frente de su Iglesia, con ella se identifica -clero, jerarquía y pueblo-, y por
ella se entregó a la muerte, y la acompaña camino de la Iglesia triunfante en
el Reino eterno.
La Iglesia sin Cristo, no sería nada; pero guiada
por Cristo, es invencible y eterna, a pesar de los pecados de muchos de sus
miembros y de la saña de sus enemigos.
No te dejes engañar por las
apariencias. Jesús resucitado está al frente de la Iglesia, y triunfará a pesar
de todo y de todos.
Decía el presidente Chávez tiempo atrás:
“La Iglesia es una peste, y hay que acabar con ella”. Como lo han dicho muchos
poderosos a través de los siglos, y seguirán diciéndolo. Y Chávez –como muchos
otros- parece que terminó por acogerse a la Iglesia, que no lo rechaza. Pero él
se acaba y la Iglesia sigue y seguirá hasta el fin del mundo, como su Fundador,
Jesús, le ha prometido: “Las fuerzas del
mal no prevalecerán contra ella”.
¿Quieres estar con Jesús en su Iglesia y tu
Iglesia, Creador y Rey del universo, o ponerte contra ella? Quien se pone contra
ella, se estrellará. Dios no lo quiera y tú la respetes y ames en honor a su
Pastor Jesús, a pesar de que sea tan pecadora, pero sólo ella es la Iglesia del
perdón de los pecados: “A quienes les perdonen
los pecados, les serán perdonados”.
Con afecto fraterno,
P. Jesús.
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