LA CABINA Y EL MOSQUITO


¿CREACIÓN  O  CASUALIDAD?


Los que han hecho esta admirable cabina de avión, con una inmensidad de conexiones, dicen que la han creado. Y se ofenderían con toda razón si les dijeran que no es cierto, que tal obra es fruto de la casualidad.

Pero “crear” significa sacar de la nada, y eso sólo Dios puede hacerlo. Los constructores se han servido de materias primas, no creadas por ellos, sino por Dios, y de la inteligencia humana, que tampoco es creada por el hombre, sino por Dios.

Los constructores de esa maravilla de cabina, no son capaces de  crear ni un cerebro de mosquito, que tiene muchos millones de conexiones más que dicha cabina; y tampoco pueden crear de la nada una sola célula viva o un átomo. ¿Y cuántos mosquitos hay, ha habido y habrá,  y cuántas células y átomos?

Lo único que pueden hacer los científicos, es manipular la materia prima creada por Dios, y también destruir la célula y el átomo, pero jamás podrán crearlos.

Las obras de Dios son siempre infinitamente más maravillosas y numerosas que las de los hombres. Y hay quiénes sostienen que la creación, con todas sus maravillas, es fruto de la casualidad, de la evolución.

El premio Nóbel de física 1972, Cristian Anfinsen, dijo: “Creo que sólo un idiota es capaz de ser ateo”.