¡Resucitó Cristo, mi esperanza!





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Cristianos, ofrezcamos al Cordero pascual
nuestra ofrenda de alabanza.
El cordero ha redimido a las ovejas:
Cristo, el inocente,
reconcilió a los pecadores
con el Padre.

La muerte y la vida se enfrentaron
en un duelo admirable:
el Rey de la vida estuvo muerto
y ahora vive.

Dinos, María Magdalena:
¿Qué viste en el camino?
He visto el sepulcro
del Cristo viviente
y la gloria del Señor resucitado.

He visto a los ángeles
testigos del milagro.
He visto el sudario y las vestiduras.
Ha resucitado Cristo, mi esperanza,
y precederá a los discípulos
en Galilea.

Sabemos que Cristo
resucitó realmente;
Y tú, Rey victorioso,
ten piedad de nosotros.

(Secuencia pascual)



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