UN MANSO Y VALEROSO LEÓN





San León Magno obispo y doctor de la Iglesia

Poco se sabe de él hasta que el papa Celestino I lo ordena sacerdote y lo nombra secretario pontificio. Sixto III lo envía a las Galias (Francia) para evitar una guerra civil. Logrado el objetivo y regresa a Roma.

El Papa ha muerto y él asume el pontificado en el 440. Convoca el Concilio de Calcedonia (451), al que asisten 630 obispos, los cuales proclaman la fe de la Iglesia en las dos naturalezas de Cristo: la humana y la divina, unidas en la única Persona Divina del Hijo de Dios.

En el 452 se enfrenta con el bárbaro caudillo Atila, dispuesto a invadir Italia; y consigue que se retire con su poderoso ejército. Tres años más tarde logra que Genserico y sus vándalos respeten la vida de los romanos durante un atroz asedio de 14 días.

Hace más de 15 siglos enseña ya sobre el sacerdocio bautismal de los fieles: “La señal de la cruz hace reyes a todos los regenerados en Cristo, y la unción del Espíritu Santo los consagra sacerdotes. Todos los cristianos espirituales y perfectos deben saber que comparten el linaje regio y el oficio sacerdotal”. Valiosa enseñanza en el Año Sacerdotal que estamos celebrando.

Su lema era: “Sin Cristo no podemos nada; con él lo podemos todo”.

Pasa a la gloria eterna el 10 de noviembre del 461.
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