Ofrezcan los cristianos
ofrendas de alabanza
a la gloria de la Víctima
propicia de la Pascua.
Cordero sin pecado
que a las ovejas salva;
a Dios y a los culpables
unió con nueva alianza.
Lucharon vida y muerte
en singular batalla,
y, muerto el que es la Vida,
triunfante se levanta.
Rey vencedor, apiádate
de la miseria humana
y da a tus fieles parte
en tu victoria santa.
(Lit. Hs.)
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