¡GRACIAS, SEÑOR!
Gracias, Señor, por el día, 
por tu mensaje de amor 
que nos das en cada flor; 
por esta luz de alegría, 
te doy las gracias, Señor.
Gracias, Señor, por la espina 
que encontraré en el sendero, 
donde marcho pregonero 
de tu esperanza divina; 
gracias, por ser compañero.
Gracias, Señor, porque dejas 
que abrase tu amor mi ser, 
porque haces aparecer 
tus flores a mis abejas, 
tan sedientas de beber.
Gracias por este camino, 
donde caigo y me levanto, 
donde te entrego mi canto 
mientras marcho peregrino, 
Señor, a tu monte santo.
Gracias, Señor, por la luz
que ilumina mi existir; 
por este dulce dormir
que me devuelve a tu cruz.
¡Gracias, Señor, por vivir! 
Amén.
                                           (Lit. Horas)
.
 

