San Francisco de Asís
4 de octubre
Nace en Asís (Italia) el año 1182, de una familia noble. Después de una juventud frívola, y habiendo participado en una batalla, recibe la llamada de Dios: “Ve a reparar mi casa, que está en ruinas” (la Iglesia).
Se convierte a los 24 años, y renuncia a la herencia paterna, para entregarse de lleno a Dios y a los hermanos en humildad, oración, castidad y pobreza. Otros muchos siguen su ejemplo, incluidos amigos de la nobleza, optando por la pobreza evangélica y la predicación del amor de Dios a todos, en especial a los pobres y enfermos.
Su espíritu perdura en la familia franciscana. Con Clara de Asís funda también la rama femenina franciscana, las Clarisas, y un grupo de penitentes que viven en el mundo. Inicia asimismo la predicación en Europa y en el Oriente a los musulmanes. No sólo oraba, contemplaba y hacía penitencia.
Decía: "Tengamos cariad y humildad, y demos limosna, ya que ésa lava a los pecadores de la inmundicia del pecado. En efecto los hombres pierden todo lo que dejan en este mundo; tan sólo se llevan consigo el premio de su caridad y las limosnas que practicaron”.
El movimiento innovador que suscitó en la Iglesia ha dejado larga y profunda huella en el pueblo de Dios. En los últimos años de su vida, agotado por las duras penitencias, se iba configurando con Cristo, recibiendo incluso sus estigmas en el año 1226, en el monte Alberrnia.
En ese mismo año, a sólo 44 años, tendido en el suelo de su iglesia Santa María de la Porciúncula, en Asís, pasaba a la Casa del Padre.
El Papa Gregorio IX lo canonizó a menos de dos años de su muerte, con la presencia de su Madre Pica, de su hermano Ángel y obispos, cardenales y una gran multitud.
Señor Dios, haz que nosotros, siguiendo el ejemplo de san Francisco, imitemos a tu Hijo y vivamos, como este santo, unidos a ti en el gozo del amor. Amén.
p. j.