Cuando hablas con Dios, dile la verdad.
No le digas: Padre, si cada día no te comportas como hijo.
No le digas: nuestro,
si vives aislado en tu egoísmo, en tu yo.
No le digas: que estás en los cielos,
si sólo piensas en las realidades terrenas, temporales.
No le digas: santificado sea tu nombre,
si no honras su nombre.
No le digas: venga a nosotros tu Reino,
si confundes su Reino con el éxito personal.
No le digas: hágase tu voluntad,
si no aceptas la voluntad de Dios cuando duele.
No le digas: danos hoy nuestro pan de cada día,
si no te preocupa que haya tanta hambre en el mundo.
No le digas: perdona nuestras ofensas,
si guardas rencor a tu hermano.
No le digas: no nos dejes caer en la tentación,
si tienes intención de seguir cayendo en pecado.
No le digas: líbranos del mal,
si no tomas partido contra todo mal.
No le digas: amén,
si no has tomado en serio las palabras del Padre nuestro.
José A. Ingr
No le digas: nuestro,
si vives aislado en tu egoísmo, en tu yo.
No le digas: que estás en los cielos,
si sólo piensas en las realidades terrenas, temporales.
No le digas: santificado sea tu nombre,
si no honras su nombre.
No le digas: venga a nosotros tu Reino,
si confundes su Reino con el éxito personal.
No le digas: hágase tu voluntad,
si no aceptas la voluntad de Dios cuando duele.
No le digas: danos hoy nuestro pan de cada día,
si no te preocupa que haya tanta hambre en el mundo.
No le digas: perdona nuestras ofensas,
si guardas rencor a tu hermano.
No le digas: no nos dejes caer en la tentación,
si tienes intención de seguir cayendo en pecado.
No le digas: líbranos del mal,
si no tomas partido contra todo mal.
No le digas: amén,
si no has tomado en serio las palabras del Padre nuestro.
José A. Ingr