DÍA DEL CORAZÓN DE JESUS

 
   Nadie tiene un
   amor más    
   grande..

Tanto esta fiesta, como la del Inmaculado Corazón de María, fueron promovidas por el francés san Juan Eudes (1601-1680) y sus religiosos, los eudistas, y sus religiosas, las hermanas del Buen Pastor. 

El corazón simboliza el centro real y profundo de la persona, en el cual confluyen las emociones y los sentimientos, y donde se elaboran las relaciones con el prójimo, con el Creador y la creación. Una persona de corazón es entrañable, cercana, confiable, paciente, equilibrada, transparente, humilde, lúcida, apasionada... 

Y si el corazón de los humanos puede llegar a esa calidad, ¡cuánto más el corazón del Hijo de Dios! Frente al odio que llega a traspasar su corazón con una lanza, Jesús reacciona con el amor más grande, que consiste en “dar la vida por los que se ama”; y sus mismos verdugos están entre los que él ama: “Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen”. 

El odio que produce muerte, cede el puesto al amor que produce vida. Esta prueba máxima de amor nos invita, a todos los seguidores de Jesús, a que asociemos nuestras cruces a su cruz, a fin de que produzcan salvación y vida para nosotros y para la parcela de salvación que Dios nos ha confiado.

Como Dios nos ha demostrado su amor entregando a su Hijo por cada uno, también nosotros demostramos el amor a Dios y al prójimo entregando nuestra vida por los que amamos, y así salvamos nuestra vida.

Así alzaremos  el éxito total de la existencia temporal mediante la resurrección.

 P. J. A.

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