LA FE CRISTIANA
es fe en el Amor
(Perlas de la Encíclica Lumen Fidei)
La fe cristiana es fe en el Amor pleno, en su poder
eficaz, en su capacidad de transformar el mundo e iluminar el tiempo. «Hemos
conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él» (1Jn 4,16). La fe reconoce el amor de Dios manifestado en Jesús
como el fundamento sobre el que se asienta la realidad y su destino último. (N. 15).
La fe cristiana, en cuanto anuncia la verdad del amor
total de Dios y abre a la fuerza de este amor, llega al centro más profundo de
la experiencia del hombre, que viene a la luz gracias al amor, y está llamado a
amar para permanecer en la luz. (N. 32).
Cuando encontramos la luz plena del amor de Jesús, nos
damos cuenta de que en cualquier amor nuestro hay ya un tenue reflejo de
aquella luz y percibimos cuál es su meta última. (N. 32).
De este modo, la luz se convierte en la luz de una
palabra, porque es la luz de un Rostro personal, una luz que, alumbrándonos,
nos llama y quiere reflejarse en nuestro rostro para resplandecer desde dentro
de nosotros mismos. (N.
33).
Por
otra parte, la luz de la fe, unida a la verdad del amor, no es ajena al mundo
material, porque el amor se vive siempre en cuerpo y alma; la luz de la fe es
una luz encarnada, que procede de la vida luminosa de Jesús. (N. 34).
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