El beato Santiago Alberione, el gran enamorado de san Pablo, escribe:
San Pablo tenía todo el corazón, toda el alma, toda la mente completamente llenos de Jesucristo: amaba a Jesucristo, pensaba en Jesucristo, escribía sobre Jesucristo, vivía de Jesucristo: Para mí vivir es Jesucristo. Más de trescientas veces escribe en sus cartas, con infinita devoción, con unción inefable, el nombre de Jesucristo.
San Pablo habla siempre bajo la inspiración del Espíritu Santo: He sido conquistado por Jesucristo, y vivo yo, pero ya no soy yo, es Jesucristo quien vive en mí; soy para Dios fragancia de Jesucristo y cumplo en mi cuerpo lo que falta a la pasión de Jesucristo; estoy crucificado con Jesucristo en la cruz y Jesucristo será glorificado en mi cuerpo.
Y admiremos conmovidos su frase predilecta: en Jesucristo: vive en Jesucristo, está contento en Jesucristo, sufre en Jesucristo, camina en Jesucristo, se gloría en Jesucristo, es despreciado en Jesucristo, es tonto en Jesucristo, es sabio en Jesucristo, es padre en Jesucristo, es hermano en Jesucristo, es maestro en Jesucristo, ama en Jesucristo, ordena en Jesucristo, exhorta en Jesucristo, morirá en Jesucristo.
Jesucristo lo es todo, y en todas las cosas está Jesucristo. Por eso su deseo, su trabajo, su ansia era lograr que nosotros imitáramos a Jesucristo, para formar a Jesucristo en nosotros: Hijitos -escribe-, a quienes yo engendro constantemente entre dolores de parto, hasta que Jesucristo se forme en ustedes.
¿No saben que Jesús vive en ustedes?; ¿que por medio de la fe Jesucristo habita en nuestro corazón? Ustedes han aprendido a Jesucristo; ustedes tienen vida a partir de Jesucristo; son el cuerpo de Jesucristo, y sus cuerpos son los miembros de Jesucristo; crezcan en él, que es la cabeza; y en cada una de las partes, vístanse de Jesucristo; sean cartas de Jesucristo, piensen las cosas de Jesucristo, busquen las realidades del cielo donde está Cristo; gusten las cosas de arriba de donde esperamos al salvador Jesucristo; tengan el sentido de Jesucristo, y sea abundante en ustedes este sentido; tengan en ustedes los sentimientos de Jesucristo, que se rebajó, se humilló, se hizo obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz.
La vida de Jesucristo se manifieste en su estilo de vida, y sus vidas estén escondidas en Dios con la vida de Jesucristo, y cuando Jesucristo, vida de ustedes, aparezca, aparecerán también ustedes con él en la gloria. No sean egoístas, porque Jesucristo no se agradó así mismo; acójanse los unos a los otros, como Jesucristo los ha acogido a ustedes; caminen en el amor como Jesucristo os ha amado...
Sí, los que son de Jesucristo crucifican su carne con los vicios y concupiscencias; los que piadosamente quieren vivir en Jesucristo padecerán persecuciones; pero, si sufrimos con él seremos glorificados con él, reinaremos con él, seremos coherederos con él... y los que viven en Jesucristo resucitarán en primer lugar.
Ustedes son de Jesucristo, y la paz de Jesucristo penetre en sus corazones.
San Pablo habla siempre bajo la inspiración del Espíritu Santo: He sido conquistado por Jesucristo, y vivo yo, pero ya no soy yo, es Jesucristo quien vive en mí; soy para Dios fragancia de Jesucristo y cumplo en mi cuerpo lo que falta a la pasión de Jesucristo; estoy crucificado con Jesucristo en la cruz y Jesucristo será glorificado en mi cuerpo.
Y admiremos conmovidos su frase predilecta: en Jesucristo: vive en Jesucristo, está contento en Jesucristo, sufre en Jesucristo, camina en Jesucristo, se gloría en Jesucristo, es despreciado en Jesucristo, es tonto en Jesucristo, es sabio en Jesucristo, es padre en Jesucristo, es hermano en Jesucristo, es maestro en Jesucristo, ama en Jesucristo, ordena en Jesucristo, exhorta en Jesucristo, morirá en Jesucristo.
Jesucristo lo es todo, y en todas las cosas está Jesucristo. Por eso su deseo, su trabajo, su ansia era lograr que nosotros imitáramos a Jesucristo, para formar a Jesucristo en nosotros: Hijitos -escribe-, a quienes yo engendro constantemente entre dolores de parto, hasta que Jesucristo se forme en ustedes.
¿No saben que Jesús vive en ustedes?; ¿que por medio de la fe Jesucristo habita en nuestro corazón? Ustedes han aprendido a Jesucristo; ustedes tienen vida a partir de Jesucristo; son el cuerpo de Jesucristo, y sus cuerpos son los miembros de Jesucristo; crezcan en él, que es la cabeza; y en cada una de las partes, vístanse de Jesucristo; sean cartas de Jesucristo, piensen las cosas de Jesucristo, busquen las realidades del cielo donde está Cristo; gusten las cosas de arriba de donde esperamos al salvador Jesucristo; tengan el sentido de Jesucristo, y sea abundante en ustedes este sentido; tengan en ustedes los sentimientos de Jesucristo, que se rebajó, se humilló, se hizo obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz.
La vida de Jesucristo se manifieste en su estilo de vida, y sus vidas estén escondidas en Dios con la vida de Jesucristo, y cuando Jesucristo, vida de ustedes, aparezca, aparecerán también ustedes con él en la gloria. No sean egoístas, porque Jesucristo no se agradó así mismo; acójanse los unos a los otros, como Jesucristo los ha acogido a ustedes; caminen en el amor como Jesucristo os ha amado...
Sí, los que son de Jesucristo crucifican su carne con los vicios y concupiscencias; los que piadosamente quieren vivir en Jesucristo padecerán persecuciones; pero, si sufrimos con él seremos glorificados con él, reinaremos con él, seremos coherederos con él... y los que viven en Jesucristo resucitarán en primer lugar.
Ustedes son de Jesucristo, y la paz de Jesucristo penetre en sus corazones.
.