TAMBIÉN HOY SE MARTIRIZA. ¿Y quién martiriza?


Los mártires canadienses
19 octubre

Entre el 1642 y el 1649, sufrieron el martirio ocho misioneros franceses en América del Norte: seis sacerdotes jesuitas y dos laicos que colaboraban con ellos. Los tres primeros fueron asesinados por los iroqueses, en Ossernon, hoy Auriesville, en las cercanías de Nueva Cork. Los otros cinco, todos sacerdotes, sufrieron el martirio en la Uronia, unos 200 kms. al norte de Tronto.
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Entre ellos estaba el sacerdote jesuita san Juan de Brébeuf, que así escribía en sus Apuntes espirituales: “Durante dos años he sentido un continuo e intenso dese del martirio y de sufrir todos los tormentos que han soportado los mártires. Mi Señor y Salvador Jesús, ¿cómo podría pagarte todos tus beneficios? Recibiré de tu mano la copa de tus dolores, invocando tu nombre. Te prometo a ti, mi Salvador Jesús, que nunca me sustraeré, en lo que de mí dependa, a la gracia del martirio, si alguna vez, por tu misericordia infinita, me la ofreces a mí, indignísimo siervo tuyo”. Y le Salvador le tomó la palabra.

Puede parecer que el martirio fuera cosa de otros tiempos, sin embargo hoy está más generalizado que nunca: unos son sacrificados a causa de su fe en muchas naciones, si no en todas; otros a causa del dinero, del poder, del placer, de la corrupción, del hambre, de la enfermedad, de la violencia, de la violación, del aborto… Ya os hemos acostumbrado, y no nos enteramos...
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Hoy se verifica lo dicho por Jesús camino del calvario: “Hijas de Jerusalén, no lloren por mí, si no por ustedes y por sus hijos, que si en el árbol verde hacen esto, ¿qué no harán con el seco?” Hoy los martirios son muchos más y mucho más refinados que el martirio sufrido por Cristo.

Oremos para que todo martirio sea asociado al de Cristo por la salvación de quienes lo sufren y de quienes lo provocan: “Perdónales, Padre, porque no saben lo que hacen”. ¿Somos mártires o martirizadores”. ¿Sufrimos por Cristo o hacemos sufrir por egoísmo?

p.j.