No quiso tomar varón ni darle su ternura...


 Santa Águeda, virgen y mártir

5 de febrero

Nació en Catania (Sicilia-Italia) hacia el 230, de una noble y rica familia cristiana. A los 15 años decidió consagrarse a Dios, y el obispo de Catania le impuso el velo rojo de virgen consagrada. El procónsul Quinziano se enamoró de su belleza, y la llamó a su palacio con intención de seducirla. Pero se vio rechazado por la firme resistencia de la joven, y entonces, con el pretexto de que era cristiana, recurrió a las torturas: estiramiento de miembros, rasgaduras con garfios, quemaduras con láminas ardientes... Águeda no se rindió. Entonces Quinziano ordenó cercenarle los pechos con una gran tenaza. Pero san Pedro la curó durante la noche. Al verla curada, el procónsul ordenó acostarla sobre carbones ardiendo, con pinchos y láminas de hierro al rojo vivo, y así pasó a las bodas eternas el 5 de febrero del 251. Es patrona de los bomberos y Defensora de Catania contra las erupciones del volcán Etna.

"Esta mujer no quiso / tomar varón ni darle su ternura;
selló su compromiso / con otro amor que dura
sobre el amor de toda criatura.

Aquí la Iglesia canta / la condición futura de la historia,
y el cuerpo se adelanta / en esta humilde gloria.
a la consumación de su victoria".
"¡Qué hermosa eres, virgen de Cristo! Tú que has merecido recibir la corona del Señor, la corona de la virginidad perpetua!"

p. j.